Son obstrucciones mecánicas de la vía respiratoria alta (orofaringe).
Quienes las padecen las tienen cada pocos minutos y en ocasiones hasta 80 a 100 veces por hora, solamente mientras se está en sueño.
Duran desde 10 segundos a más de un minuto.
Implican un esfuerzo cardíaco, caida del oxígeno, alteraciones de la eficiencia del sueño, etc
El mecanismo es un colapso de la faringe, al inspirar, por hipotonía de los músculos durante el sueño.
Se agrega la presión negativa torácica de la inspiración.
Existen factores predisponentes:
Obesidad
Hipotiroidismo
Mandíbula hacia atrás
Y existen situaciones asociadas:
comidas copiosas,
consumo de alcohol,
medicamentos con efecto relajante muscular central,
depresores respiratorios o del sistema nervioso central.
Predomina en varones ( 2 a 3 veces más ), si bien a partir de la menopausa el riesgo comienza a equipararse.
Empeora con la edad.
Son tres tipos de consecuencias:
Durante el sueño: la persona ronca de modo irregular ( ya que durante las apneas deja de respirar y de roncar ).
Al día siguiente: siendo que cada apnea interrumpe el sueño, el mismo deja de ser eficiente y reparador, y la persona está con sueño, mala concentración, torpe, etc.
A largo plazo: el esfuerzo cardíaco repetido, noche tras noche, aumento el riesgo de falla cardíaca y de ACV
Los conductores, por la somnolencia que generan las apneas, tienen más del triple de colisiones respecto los conductores sin apneas.
Por este motivo es sumamente importante que las personas con sospecha de sufrir de esta enfermedad sean estudiadas y corregidas, para poder conducir sin riesgos aumentados.